Yo sé de Egipto y Nigricia,[1] Y de Persia y Xenophonte;[2] Y prefiero la caricia Del aire fresco del monte.
Yo sé de las historias viejas Del hombre y de sus rencillas; Y prefiero las abejas Volando en las campanillas.
Yo sé del canto del viento En las ramas vocingleras: Nadie me diga que miento, Que lo prefiero de veras.
Yo sé de un gamo aterrado Que vuelve al redil, y expira,— Y de un corazón cansado Que muere oscuro y sin ira.
Tomado de José Martí: Versos sencillos, Nueva York, 1891, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, p. 302.