En ti, al vuelo, junto en un abrazo a tus amigos jóvenes que aún veo detrás de mí, con sus rostros resplandecientes, como una cohorte de hijos. Me los traje en el corazón, por bravos, por sensatos, por su radical y generoso pensamiento. Triste yo, si no he merecido quedar en el suyo. Les va el correo. Peleen, y piensen.—El abrazo a Diego Palacios y a su ho— a Salcedo, a Castro, a Pazán, a tantos.—Y a Mariano,[1] y a ti, el orgullo con q. ve encarnarse en Vds., valiente y cívica, a Cuba. Escriban largo a su
[OC, t. 4, p. 166. Cotejada con el manuscrito original].
Tomado de José Martí: Epistolario, compilación, ordenación cronológica y notas de Luis García Pascual y Enrique H. Moreno Plá; prólogo de Juan Marinello, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Editorial de Ciencias Sociales, 1993, t. V, p. 240.