Stephen Grover Cleveland (1837-1908)

Abogado y político estadouniden­se. Hermano de Rose Elizabeth Cleveland y esposo de Frances Clara Cornelia Folsom. Presidente de Estados Unidos (1885-1889 y 1893-1897) por el Partido Demócrata. Antes había sido alcalde de Búfalo y gobernador del estado de Nueva York. Emprendió una serie de reformas en contra de la corrupción político-administrativa, que le granjeó incluso el rechazo de los propios demócratas. Es el único presidente en la historia de este país que ha sido reelecto después de una derrota entre dos períodos presidenciales.

     José Martí consideraba que “en Cleveland est[aban] fundidos el espíritu neoinglés, adusto y neto; y el del neoamericano, que ni teme ni ceja”.[1] Se refirió elogiosamente a su desempeño como gobernador del estado de Nueva York[2] y a su primer mandato como presidente de los Estados Unidos, en especial por su arremetida contra las prácticas corruptas, su negativa a entregar los empleos públicos únicamente a los miembros de su partido y su política de reconciliación nacional.[3]

En admirable síntesis, Martí lo retrató así: “Y si antes se pregunta quién es él, diremos que es un caballero del pueblo, y aunque joven, uno de aquellos americanos viejos de mano de hierro y ojo de águila, que no pone ya las botas sobre la mesa, pero que tiene aún puestas las botas. Tiene los desdenes, la penetración, la ingenuidad, la audacia, la dureza, la nativez del pueblo en que ha nacido. Viene del mercader y del explorador. Viene del puritano y del volcador de los fardos de té.[3] Tiene el ojo puesto adelante, como quien está decidido a llegar”.[5]

Durante su segundo mandato,[6] Cleveland con toda agudeza, hizo lo imposible por impedir el inminente triunfo del Ejército Libertador Cubano, para mantener a la Isla bajo el dominio español, como paso previo a la intervención militar norteamericana en 1898.[7]

     En 1894 reprimió la huelga y bloqueo ferroviario provocados por los empleados de la Compañía Pullman, que protestaban contra los despidos y rebajas de salario. Envió tropas federales a Chicago para restablecer el orden y asegurar el paso de los trenes correo, defendiendo así la ley federal. Este hecho provocó una división interna del Partido Demócrata, entre los seguidores de Bryan y los demócratas de oro de Cleveland, lo que propició la victoria del republicano William McKinley en las elecciones de 1897.

     Véase la crónica “Primavera”, publicada en La Nación, de Buenos Aires, el 17 de junio de 1886, donde Martí se refiere a algunos rasgos sobresalientes de la personalidad de Cleveland, que sintéticamente resume diciendo: “Es un hombre nacido de esta tierra, con sus asperezas y su ímpetu”.

(OCEC, t. 23, p. 131).  [Tomado de OCEC, t. 26, p. 261. (Nota modificada por el E. del sitio web)].


Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] JM: “Inauguración de un Presidente en los Estados Unidos”, La Nación, Buenos Aires, 7 de mayo de 1885, OCEC, t. 22, p. 40.

[2] JM: “Grover Cleveland. Candidato del Partido Demócrta a la presidencia de los Estados Unidos”, La América, Nueva York, julio de 1884, OCEC, t. 19, pp. 262-265.

[3] Véase JM: “¡Elecciones!”, La Nación, Buenos Aires, 11 de diciembre de 1888, OCEC, t. 30, pp. 128-142.

[4] Alusión al hecho conocido como Boston tea party, cuando un grupo de colonos disfrazados de indios asaltaron varias embarcaciones en ese puerto, en diciembre de 1773, y arrojaron sus cargas de té al mar en protesta por el impuesto británico sobre esa mercadería.

[5] JM: “Cartas de Martí. Historia de la caída del Partido Republicano en los Estados Unidos y del ascenso al poder del Partido Demócrata”, La Nación, Buenos Aires, 9 y 10 de mayo de 1885, OCEC, t. 22, p. 57.

[6] De acuerdo con Manuel Pedro González, “Martí no vivió lo suficiente para ver el final de la segunda administración de Grover Cleveland. Además, en el año 1892, cuando Cleveland fue elegido para su segundo mandato, Martí dejó de escribir para la prensa hispanoamericana y se dedicó por entero a la tarea de organizar el Partido Revolucionario Cubano y preparar la Guerra por la Independencia. Si él hubiera podido estudiar el fin del segundo mandato de Cleveland como hizo con el primero, y hubiera escrito sus apreciaciones de seguro tendríamos un juicio muy diferente al que nos legó. En su segunda administración, Cleveland se volvió mucho más reaccionario e imperialista a diferencia de como se había comportado durante su primer mandato en la Casa Blanca. Las consideraciones de Martí son, por lo tanto, mucho más elogiosas que la de algunos analistas”. (“Un retratista plutarquiano”, Norteamericanos. Apóstoles, poetas, bandidos, La Habana, selección y estudio introductorio de Marlene Vázquez Pérez, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2019, p. 291).

[7] José Miguel Márquez Fariñas y Ana María Reyes Sánchez: “Antonio Maceo: incógnitas sobre su muerte”, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, quinta época, año 111, La Habana, enero-junio de 2020, p. 100.