ESCÁNDALO

     SÍ con una violencia indescriptible… (yo estoy solo).

     El teatro me fascina con sus florones, murmullos como una baja nube y cosas ficticias o reales de todo género. La yerba no ha crecido últimamente, gris y bajo el calor oprime hasta que el recinto del teatro empieza a centellear inmensamente. ¡Oh estrellas duras del escándalo!

     Sobre el teatro una tersa claridad se extiende, paño extendido por los ángeles, más leve que las aguas. Todo este llegar me ocupa como la dentellada del caballo al mediodía. La yerba está sola en su perfección incomprendida por la yerba: duda, es verdad, muy lentamente, y el cenit azul y cenizoso baja sobre mi corazón.

     Un hombre, una mujer (y su cortejo de inefables gritos, águilas), definen y se hunden, más puros que el dolor.

     Toda esta fealdad de los que miran y la escandalosa soledad de los que son mirados empieza a cerrar las flores, los tridentes respetuosos del teatro más pequeño. Más distante que mi vida. Por la tarde yo me nublo con los árboles, me bajo y nievo con los árboles, ansioso de la quema de basuras, del imposible incólume que pasa. No es preciso comprender: escapo, desgarrado y solo.

     ¡A veces yo deseo que tú vuelvas, desprendido mundo!

Orígenes. Revista de Arte y Literatura, La Habana, otoño de 1948, año V, no. 19, p. 8.

Poemas de Cintio Vitier publicados en la revista Orígenes.