SONETOS

                          RAPTO

                              1

ABSORTO en el capricho de la sota
soñaba un gesto oculto y milenario,
una escritura de vasija rota,
un viejo olor que sale fragmentario

de su paño tenaz, ¡Ídolo agudo
hasta la llama de escasez demente,
pálido y solo hasta el guijarro mudo,
¿atraviesas la noche de mi frente

todavía? —Y heráldico de cosas
que pierdo a borbotones por los ojos,
raptaba en larga y lúcida ceguera

el pobre hule mago, las dichosas
esfinges barajadas, los despojos
del crimen, del fervor, de la madera!

                               2

¡FESTEJO inmemorial, vaso nevado!
Hoy vuelve aquel mugir, aquel dormido
coloquio del azar y lo manchado
en el puro silencio detenido

por la sota y la nube. Fabuloso,
abro un dulce reloj, miro una silla
sagrada y polvorienta en el vinoso
desván de la memoria. Todo brilla

cantando fríamente hacia otro espejo.
Cambia el recio latir de la estrellada,
sobre el grupo de púrpura anhelante,

la costa de mi sed. ¡Y ya me alejo,
cifrando el frenesí de la velada,
con un remoto cuerpo interrogante!

            ¿QUÉ NOCHE ES ESTA?

                                1

¡OH SUEÑO con que sueño mi secreto,
revélame tu extraña independencia,
tu distinto fervor! Si este soneto
justifica, nevado, la experiencia

de un angustioso júbilo insaciable,
¿bebe en mí la dulzura con que brota
en impasible reino su adorable
confianza de la luz? ¿Acaso agota

mi deseo el que hunde su demonio
en el rapto del polvo y lo más puro
de tu esencia feroz? ¡Oh sueño activo,

semilla y palimpsesto y testimonio,
sepárame la dicha del conjuro
en que ya sin cesar desnazco y vivo!

                             2

¡CONJURO de la llama: paradoja
de un arrobo de espíritu y ceniza
sombreándome en la nieve de esta hoja
con que la nada dulcemente avisa

el astro de su sed! ¡Oh tentaciones
haciendo de lo íntimo una abeja,
de la abeja una flor que abre los dones
al inflexible hastío! —Solo deja

mi corazón un nombre y no lo toca,
como el fuego la luz que no ha sumado
y en misteriosa noche se adelanta.

¿Qué noche es esta que la luz provoca,
y en que el mundo que ardiendo he descifrado
fríamente del mundo se levanta?

                                                       Cintio Vitier