El alma trémula y sola
Padece al anochecer:
Hay baile; vamos a ver
La bailarina española.[1]

Han hecho bien en quitar
El banderón de la acera;
Porque si está la bandera,
No sé, yo no puedo entrar.

Ya llega la bailarina:
Soberbia y pálida llega:
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.

Lleva un sombrero torero
Y una capa carmesí:
¡Lo mismo que un alelí
Que se pusiese un sombrero!

Se ve, de paso, la ceja,
Ceja de mora traidora:
Y la mirada, de mora:
Y como nieve la oreja.

Preludian, bajan la luz
Y sale en bata y mantón,
La virgen de la Asunción
Bailando un baile andaluz.

Alza, retando, la frente;
Crúzase al hombro la manta:
En arco el brazo levanta:
Mueve despacio el pie ardiente.

Repica con los tacones
El tablado zalamera,
Como si la tabla fuera
Tablado de corazones.

Y va el convite creciendo
En las llamas de los ojos,
Y el manto de flecos rojos
Se va en el aire meciendo.

Súbito, de un salto arranca:
Húrtase, se quiebra, gira:
Abre en dos la cachemira,
Ofrece la bata blanca.

El cuerpo cede y ondea;
La boca abierta provoca;
Es una rosa la boca:
Lentamente taconea.

Recoge, de un débil giro,
El manto de flecos rojos:
Se va, cerrando los ojos,
Se va, como en un suspiro…

Baila muy bien la española;
Es blanco y rojo el mantón:
¡Vuelve, fosca, a su rincón
El alma trémula y sola!

Tomado de José Martí: “Poema X”, Versos sencillos, Nueva York, 1891, Obras completas. Edición crítica, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2007, t. 14, pp. 314-315.

     Otros textos relacionados:

  • José Prats Sariol: “Martí, Rilke y la bailarina española”, La Gaceta de Cuba, La Habana, octubre de 1975.
  • Margarita Zherdinóvskaya: “La bella Otero”, América Latina, Academia de Ciencias de la URSS, Moscú, julio de 1987.
  • “La bailarina española”, “Sección constante”, ACEM, La Habana, 1987, no. 10, pp. 328-330.
  • Luis Hernández Serrano: “La bailarina española”, Granma, La Habana, 2 de septiembre de 1988. Carolina Otero y los célebres versos preferidos por Rubén Darío.
  • “La bailarina española”, Bohemia, La Habana, 21 de septiembre de 1990. Datos biográficos de Carolina Otero.
  • Ernesto Mejía Sánchez: “Martí y Darío ven el baile español”, Nicaráuac, n. 7, junio de 1982 (Filosofía y Letras, México, mayo-junio de 1977 y Nuevos asedios al modernismo, ed. de Ivan A. Schulman, Madrid, 1987).
  • Olga Sánchez Guevara: “Bailarina en dos poemas. Apuntes”, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2003, no. 26, pp. 150-159.
  • Aldo Martínez Malo: “Carolina Otero, la mujer que inspiró a Martí los versos de La bailarina española”, Bohemia, La Habana, año 60, no. 32, 9 de agosto de 1968.

Notas:

Véase Abreviaturas y siglas

[1] Al parecer en Carolina Otero; La Bella Otero [“la española de cara de virgen, la que cuentan que vivió en amores con el rey Alfonso, la que seduce con el poder de los ojos más que con el de su canto, y baile” (“En los Estados Unidos. Variedades de otoño”, La Nación, Buenos Aires, 26 de diciembre de 1890, OC, t. 12, p. 477)] o en “la sinuosa Carmencita” (OC, t. 22, p. 150), La Perla de Sevilla, que aparece en la crónica “Carta de New York. La casa nueva de los Vanderbilt” [El Partido Liberal, México, 16 de julio de 1890 (Otras crónicas de Nueva York, investigación, introducción e Índice de cartas de Ernesto Mejía Sánchez, La Habana, Centro de Estudios Martianos y Editorial de Ciencias Sociales, 1983, pp. 152-153)], o, en ambas, se inspiró José Martí para escribir este poema. (N. del E. del sitio web).